- Escrito tipo cuento corto para la UNAD -
Nadie solía caminar
por ese estrecho y oscuro paraje salvo los turistas, Habíamos llegado este
lugar a pasar la noche mientras una difícil tormenta y esclarecía, el objetivo
era poder llegar antes del viernes a casa de su madre, era la primera vez que iba
a conocerla, no sé cómo iba a tomar la noticia del matrimonio, y mucho menos
del embarazo; yo estaba bastante nervioso y por eso había salido a caminar a
primera hora de la mañana mientras ella dormía, La primera vez que la vi quedé
impactado ella sonrió al verme y solamente dijo – “me he encontrado unos ojos
azules”, y estaba tan nervioso que solamente sonreí al verla y le pregunté si
quería tomar un café, y – “no Tomo café”, respondió – “¿será un té entonces?”; –
“prefiero un helado” me dijo sonriendo nuevamente y desde entonces no deja de sonreír,
pero no salí a caminar porque estuviera nervioso por conocer a su madre, quería
aclarar mis ideas porque no sabía si querría pasar el resto de mis días con
ella, la idea de construir un hogar no estaba en mis planes, Quería caminar para
despejarme para estar un momento sin ella para meditar en lo que realmente
quería.
Pensé en no alejarme
mucho puesto que no conocía el sector, el pequeño pueblo montañés parece
haberse quedado detenido en el tiempo, las casas coloniales llevan toda la
misma teja rústica en barro y los portones y las ventanas en madera, era un calmado
y melancólico, sin lugar a duda un lugar apacible, no me explico en qué momento
se hizo tan tarde y ahora yo estaba contemplando la caída del sol sobre una
roca tratando de divisar alguna casa o un lugar conocido en la distancia. Admirando
mi reloj noté que marcaba apenas mi cuarto de hora después de haber salido de
la casona; Observe un enorme árbol en el cual quise subirme para poder divisar
mejor el horizonte y al llegar a la copa nuevamente había anochecido, mire
consternado mi reloj que no había avanzado desde la última vez que lo revisé, no
podía entender lo que sucedía y entonces la luna me dijo un secreto
– “Estarás
acá por siempre, vagarás en soledad hasta el final de tus días por haber dudado
en el amor, porque quién ama no duda y quién duda no ama”
Ya ha pasado mucho
desde ese entonces, los días transcurren rápidamente pero mi ser, mi ser
envejece muy lento, me tortura saber qué habrá sido de ella, el bosque no ha
cambiado y a lo lejos pero el pequeño pueblo convertirse en una gran ciudad.
Ten siempre cuidado por donde caminas amigo, pues no saldrás de acá hasta que
otro haya caído, te dejo ahora, me despido, no sé cuánto tiempo ha pasado, pero debo ir a buscarlas.